Los Goya. La fiesta del cine español. Un cine español en crisis, en una terrible crisis que si el aborregado espectador que prefiere el vacuo cine yanqui en lugar del patrio no lo evita, desaparecerá para siempre. Vamos, la misma milonga de siempre.
En estos desacelerados tiempos, la gala, la gran gala del cine -español-, viene a enseñarnos lo que es una crisis. Y lo hace bien: un espectáculo soporífero, lento, mal estructurado, sin ritmo, con un guión malo y vulgar hasta decir basta, con una "maestra de ceremonias" sin gracia, sin naturalidad... Excepcional trabajo el de la organización de los Goya. ¿No os creéis lo de la crisis? Pues tomad crisis; de ideas, de imaginación, de talentos, de espectáculo, de identidad... Creo precísamente que esta cuestión de identidad es uno de los principales problemas del cotarro goyesco. Y es que los Goya no son los Oscars. Repetimos: los Goya no son los Oscars. Lo sabemos tú, yo y varios millones de personas. Pero en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (así, con mayúsculas iniciales) no parece que se quieran dar cuenta. Buscan pero no encuentran, verbigracia:
- Emitir la gala por TVE con un desfase de media hora con respecto a lo que sucede en el Palacio de Congresos, como se hace en los Oscar. ¿El motivo? La organización se justifica argumentando que así la ceremonia no se hace tan larga. Joder, si lo que nos enseñaron era la versión "corta" me imagino que los invitados envidiarían a los muertos. Como censura previa tampoco me cuadra, ¿acaso alguien se escandalizaría si a una actriz se le sale (o se saca) una teta o si un supercomprometido actor lanza inflamadas consignas contrarias a la guerra o contra lo que esté de moda criticar? Dejémosles, pobrecitos, no sea que el año que viene el cine español haya desaparecido por las descargas de internet y no tengan excusas para mostrarse tal y como son in the real life.
- Verde que te quiero verde. ¿La alfombra? Pues verde, esto no es como en Hollywood, aquí somos mucho más originales (y ecológicos dirá algún iluminado), nuestra alfombra es verde. Qué tendrá que ver que la gala la patrocine una marca de whisky irlandés que utiliza ese mismo tono como color corporativo... seguro que si le das la vuelta a la alfombra de la ceremonia de los Oscar verás impreso el logotipo de Nestlé. O el de Coca Cola. O el de Levi's. O el de Kitt Katt...
Jesús Franco dedica su Goya honorífico "a las miles de chavalas (pausa, "a las que se ha debido pasar por la piedra" debe pensar la gente que rompe en carcajadas, "viejo verde...") y chavales que están con sus cortometrajes en el bolsillo buscando a alguien que les ayude a hacerlos". Silencio y ovación. Eso, aplaudid ahora, cabrones... y levantaos para homenajear a un tío que ha hecho bodrios como un castillo y que no se avergüenza de ello. Sólo por esa frase merecería el premio (aunque quien sabe si se lo arrancaron de las manos nada más desaparecer tras la cortina, por díscolo y provocador).

- Un guión trabajado y una presentadora divertida, mordaz, original y que caiga bien, en plan Whoopi Goldberg. Pues nada, se echa mano de los premios TP y hebemus Aida. Perdón, Carmen Machi. "Yo no improviso, necesito un guión como Dios manda, si no no hubiera aceptado presentar la ceremonia". Se ve que Dios ese día no estaba para mandar. La regla de oro en televisión es no improvisar nunca, pero con ese guión lo mejor había sido arrancarse a cantar aquello de "No te metas heroina, no te la metas..." ¿Cuánto tiempo se tardó en escribir el guión? ¿Quién lo dió por bueno? La escena bien podría ser la siguiente:
Bar de copas, Huertas. 4.30 de la madrugada. Interior. Atronadora música de fondo. Personaje A, "guionista": "¿Qué hora es?" Personaje B, "amigo del guionista": "Las cuatro y media". Personaje A: "Hostias, he quedado mañana en entregar un guión para los Goya y no he preparado nada, nos tomamos la última y me voy."
Despacho de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. Interior. Sentado junto a una mesa, un hombre de mediana edad, C, lee en silencio tres folios mecanografiados. Frente a él, el personaje A, "guionista" espera impaciente. Tras unos minutos de tensión, C, "productor de la gala de los Goya" deja los folios en la mesa y mira fijamente a A, "guionista". "Es usted un genio." Fundido a negro.
Para ser justos, hay que decir que hubo momentos en los que no se sabía dónde terminaba el guión y empezaba Carmen Machi, dónde terminaba Carmen Machi y empezaba Aida y dónde terminaba Aida y empezaba el caos absouto. En uno de esos innecesarios guiños a actores sentados en el patio de butacas, la presentadora -no se sabe en qué fase de las anteriores- comenta el parecido de Raúl Arevalo y Sean Penn. "Podías hacer como Sean Penn, que interpreta al congresista Harvey Keytel, que se decidió a salir del armario en Estados Unidos, pero interpretando a Pedro Zerolo." El nombre real del congresista de marras es Harvey Milk, pero ¿a quién le importa, verdad?
- El cine es compromiso. Un señor sin identificar sube a recoger el Goya al mejor diseño de vestuario por la película "El Greco" en nombre de la ganadora, Lala Huete. Protesta enérgicamente contra la piratería y contra las descargas en internet (a falta de fallo en el Tribunal del Juez Dredd, todas las sentencias al respecto no han demostrado que sean ilegales), culpables de que se produzcan menos películas y de que la industria esté de capa caída. Pide a los políticos firmeza, que persigan a quienes se descarguen películas y que hagan posible que todo el peso de la ley caiga sobre ellos. Los datos de portales de descarga por redes P2P demuestran que el porcentaje de películas españolas bajadas por los ladinos iternautas es muy pequeño, similar a los que se desprenden de los resultados en taquilla. Y ahora, la pregunta ¿alguien se ha interesado en bajarse "El Greco"?
En su interesantísimo y animado discurso, la presidenta de la Academia, una Ángeles González-Sinde favorecida por un sensacional peinado, hace otro alegato contra la piratería. Ni Martin Luther King y su "I have a dream" conmueven tanto. Nada más oirlo, y pensando en las consecuencias, el penoso escenario al que queda abocado el sectario gremio, corro raudo para desinstalar el emule y hacer una hoguera en la cocina para arrojar al fuego cuantos cds piratas acumulo en mi hogar. Incluso alguno original alimentó las llamas, pero para mi tranquilidad, ninguno había sido merecedor de un Goya.
Desde el Ministerio de Industria, Miguel Sebastián recomienda consumir productos españoles para capear la crisis. De cine español no habla. Exijo su cese inmediato.
- Más madera. Zombis deambulando por un Palacio de Congresos a oscuras. Si se trata de una metáfora es brillante. Aunque me temo que es un "guiño" a la segunda parte (¿en serio es necesaria?) de la irregular "Rec" con Manuela Velasco haciendo de Manuela Velasco. Qué espectáculo, por Dios bendito.
Y hubo más, mucho más, que hizo de esta gala la gran fiesta del cine español y el peor guateque de los espectadores. Por mucho que intentasen salvar los muebles los de "Muchachada Nui" -o te gustan (mi caso) o les odias-, el colegueo de El Langui o la integridad de Jesús Franco, uno piensa que lo mismo José Corbacho el año anterior no lo hizo tan mal... Menos mal que en menos de una semana la Academia Británica de Cine y Televisión entrega los BAFTA y aunque sea en brevísimos resúmenes podremos tener una referencia de lo que es una gala como Dios manda, como los guiones de los que hablaba Carmen Machi. Y en marzo, los Oscars. No intentéis comparar y ya sabéis, ved más cine español, que es triste de pedir pero es más triste de robar.
PD. Que sí, enhorabuena a los premiados y a los que no lo consiguieron... tengo un
coleguita que por un módico precio os consigue uno...